Archivos Mensuales: abril 2013

Trabajos en Grupo y Convivencia Social

Seamos honestos, vivir en sociedad a veces es algo difícil, por no decir que mucho.

Escoger a tus vecinos, compañeros de clase o de trabajo no es una opción. Aquí es donde la fortuna juega su papel y se burla a diario de nosotros cuando nos envía aquel vecino que decide animar a toda la calle con su peculiar música, que para suerte tuya es la que menos soportas.

El idílico escenario de escoger de quiénes estaremos rodeados es casi tan provocativo que dan ganas de ponerse a fantasear con divinas fiestas o reuniones amenas, a sólo pasos de distancia. Ahora entiendo a esas comunas hippies de los 60s. Qué mejor que rodearte de tus pares para disfrutar a diario de tan deliciosa compañía.

En la universidad es casi como una tortura china que el profesor llegue un día diciendo que él escogerá con quién harás el trabajo final, o que les mande a enumerarse del uno al cinco y que la suerte decida por ti cuál será tu nota, que vale el 30% de la calificación total de la materia.

Como yo soy del tipo control freak y además de eso me gustan muchos las “A”, cada vez que me toca hacer trabajos en grupo, de esta forma, me auto denomino la coordinadora. Que no es más que la que termina trabajando doble o hasta triple, pero todo sea por la nota. No me quejo, al final termino satisfecha y un poco más ilustrada. No es fácil, pero hay que hacerlo.

Otro escenario súper desalentador es no encontrarte trabajando en un lugar en el que sientas que encajas. Han sido muy pocas las ocasiones en las que he sentido que encajo en un trabajo. Y es que además de ser yo muy peculiar para el común denominador, soy bastante exigente a la hora de entablar una amistad. Mucha gente va a un trabajo a hacerse de amigos. Mi padre me enseñó que uno va a su trabajo, precisamente a eso, a trabajar. Entonces eso me lleva muchas veces a verme como la outcast.

Y bueno, luego nos encontramos con los lugares en los que también hay que convivir con extraños. La sala de cine, los restaurantes, conciertos y otros eventos. Tomemos en cuenta que en Panamá hay un fenómeno al que no sé cómo llamarle, y es la proliferación de gente tipo maleducada, grosera y agresiva. Mucho tiene que ver con la salud emocional del panameño, pero no todo. Ser grosero y maleducado es cuestión de educación, no de ánimo. Hay gene que carece de sentido común y le vale madre incomodar al que tiene al lado.

Al final del día toca adaptarse y ser un poco tolerante, sin llegar a ser tratado como idiota. Saber cuándo tratas con un imbécil y no rebajarte a su nivel e intentar no sufrir alguna enfermedad cardiovascular producto del estrés que te pueda llegar a causar otros.

Si no puedes tener control de la situación al menos ten control de ti y lo que sientes.